Laia Sánchez
Creo que cualquier médico, independientemente de su especialidad, nunca acaba de formarse, es un continuo, la actualización, la subespecialización y este nivel de excelencia teórico a veces hace que nos olvidemos de lo esencial, que tratamos personas y no enfermedades; en mi caso, la maternidad me transformó, y me dio la oportunidad de reinventarme y ofrecer una mejor versión de mi misma, como persona y ginecóloga, potenciar el humanismo que como profesionales a veces perdemos en el camino.
He aprendido primero a ver a la mujer y después a la paciente, a mirar a los ojos, escuchar y acompañar, dejando a un lado los juicios de valor y la medicina androcentrista que tanto daño ha hecho a la medicina en general y a la ginecología en particular.
Creo en la medicina integral como respuesta a una terapéutica completa que contemple todos los factores que causan el problema en la salud de la mujer. Por eso, complemento mi práctica asistencial con otras especialidades médicas y disciplinas sanitarias buscando este abordaje 360º de la salud femenina.
Como mujer, busco el empoderamiento femenino, y así lo intento transmitir en mi práctica asistencial, ofreciendo información veraz, creyendo en la autonomía (real) de las personas y tomando decisiones de forma compartida, sin infantilizar, respetando siempre su voluntad y acabando con la medicina paternalista.
Esta especialidad va de mujeres y debería estar pensada y diseñada por y para ellas y este es uno de mis compromisos: ser una ginecóloga humanista y con visión de género, y acompañarte en cualquier etapa de tu vida.